miércoles, 18 de febrero de 2009

Poema de CALLE

A Johi

Animal de dulzura, visitabas el cuero de mis manos, guantes irreversibles,
acariciabas dolorosamente el cielo.

Los charlatanes lloraban con lágrimas de su risa.

Tu blanco crepitar, tu acíbar imponente, tus ojos invisibles
fundados en la piel de la ternura.

El capitán regresaba entre campanas en la nave de salmos
y los habitantes del puerto recordamos su oración anciana y dolorosa.

Entonces entre los cañones erigidos el miedo tomó forma de animal lento.

Y el torpe domingo fue una flor de almendro en la violencia de febrero.

Vendrá el frío, dijiste, y sobre la espalda somnolienta del sur, los cierzos
en tu pelo reciente, las hojas derribadas por el verano
.

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