Los amores ícaros
martes, 23 de abril de 2013
Lectura conjunta en La noche de los libros
miércoles, 10 de abril de 2013
Hoy
lunes, 4 de marzo de 2013
Lectura en "La libre"
Cartel del ciclo (con grandes poetas y amigos, por cierto)
viernes, 14 de diciembre de 2012
Cerrar con Gamoneda
Hasta la vista
viernes, 9 de marzo de 2012
Poema Alvaro Muñoz Robledano

Poema de la excelente plaquette de Álvaro Muñoz Robledano "Cuaderno de falsos viajes". Ed. El brut de los corazones solitarios
LA MAÑANA EN EL PARQUE PÚBLICO
encuentro en el libro una fotografía
Molino abandonado en Falls Rivers, Massachussets
ahora siento las manos traducidas las manos
destellando como cuarzo antes de la lluvia
mordiscos que no esperaba
un regalo pretende siempre la lejanía
jueves, 1 de marzo de 2012
Πoetas. Antología de poesía con matemáticas

Decía Einstein que las matemáticas son la poesía de las ideas lógicas pero el físico alemán (que al establecer la luz como guardián del tiempo, con seguridad es uno de los seres humanos más legitimados para hacer ese tipo de afirmación) no ha sido el único que ha comparado ambas disciplinas. Toda vez las matemáticas son la expresión más depurada de la racionalidad y la poesía la expresión más excelsa del lenguaje, nada impide que un afán de misticismo gramático o de numerología del sentimiento pudiera unirlas. Esto, entre otras cosas, es lo que trata de demostrar la antología πoetas realizada por el poeta (y matemático) Jesús Malia.
Porque la originalidad de esta selección, aparte evidentemente de su temática poco común, reside en que sus autores no necesariamente hablan con y de matemáticas en su poesía, o trasladan guarismos al papel o a la pantalla como representación estética, sino que además tratan de impulsarse en la lógica aplicada a la palabra (con el Tractatus de Wittgenstein de reojo) para intentar generar espacios de/a la belleza; intersecciones, geometrías entre la realidad y el deseo (o entre la materia y el sueño, si se quiere) inútiles respecto a la funcionalidad con que habitualmente se aplican, pero, por lo mismo, generadoras de sentido semántico y, a la postre, inspiradoras del acontecimiento poético.
Es inevitable que una de las primeras dudas que asalten al lector sea si de algún modo el cuerpo matemático de algunas de estas composiciones pudiera ser tan solo un simulacro, una re-presentación del espacio artístico. Pienso que si bien a veces puede parecerlo, dependerá obviamente de las intenciones de cada autor. Toda fórmula poética es soberana y como decía Roland Barthes al respecto de la fotografía, “Jamás miente; sí quizá sobre su sentido, pero no sobre su existencia”. Aunque no nos engañemos, a un poeta (como puede que también a un matemático) se le juzga por el resultado de sus indagaciones y por la potencia de sus intuiciones y no por el conocimiento de los medios que utilice para alcanzarlas. O sea, las matemáticas y su panoplia lógica o gráfica es en este caso (o debe ser) el comburente de la reacción poética, el escenario; sin renunciar al desiderátum de sus objetivos fundamentales de belleza o iluminación.
De los autores seleccionados, algunos como Rodolfo Hinostroza, Enrique Verástegui o Fernández-Mallo, resultan literariamente bien conocidos por diferentes razones que no vamos a enumerar, otros como Javier Moreno, Julio Reija o Jesús Malía son poetas aún jóvenes pero con obras incipientemente establecidas (en diversos grados) en España como para poder incluirlos en una visión del panorama actual de este país. A los demás: José Florencio Martínez, David Jou, Ramon Dachs y Daniel Ruiz, quien esto escribe confiesa no haberlos leído anteriormente (excepto algún poema suelto de Martínez y de Dachs) pero la impresión que se desprende de las respectivas muestras es muy sugerente, tanto en las facetas visuales del catalán Dachs y del peruano Ruiz como en las referencias enumerativas y conmutativas de Martínez y Jou, tan cercanas a las vanguardias y a las indagaciones de Raymond Queneau.
Es inevitable apelar de nuevo al tópico de que las selecciones siempre son imperfectas, tanto por ausencias como por inclusiones, pero en este caso, el antólogo se ha esforzado, no sólo en realizar una muestra representativa dentro de un contexto muy poco usual y bastante limitado, al menos en nuestro idioma, sino también en redactar un contundente y sugestivo prólogo que nos pone en la pista de la convivencia histórica (más fecunda de lo que podría pensarse) entre la poesía y la matemática. Ambas vertientes humanas son actualmente tan desconocidas e incomprendidas por el gran público como siempre, pero en último término se observan aún con reverencial respeto, más obviamente en el caso de las matemáticas por la aspiración hipotético-deductiva (o superstición, quizá), de que la razón pueda llegar a prever el mundo y en último término evitar (o atenuar) sus contingencias. El hecho de que las ciencias exactas se plieguen a la imprevisibilidad de la belleza, o de su búsqueda, no deja de ser motivo de desafío y, al cabo, de alegría cuando es plasmado en un libro, en poemas, en palabras, y surge de ellos.
miércoles, 1 de febrero de 2012
viernes, 30 de diciembre de 2011
miércoles, 16 de noviembre de 2011
Lectura "Las ciudades inútiles" en La Huelga
jueves, 13 de octubre de 2011
Discurso en el infierno

Lo peor de entrar en el infierno es que la esperanza no se puede abandonar.
Esa mañana el aire era tan transparente
que pudieron ver lo que había detrás.
Amasó una gran riqueza con pequeñas miserias.
Se concentraba en extenderse.
Cada uno de nosotros es una antología del universo.
Dar la espalda a los frentes.
En los pasillos se sentía como en casa.
Los mismos rockeros que reivindicaron la fuerza de la juventud
reivindicaron luego la fuerza de la vejez.
También en la cumbre hay que pisar el suelo.
Un hueco macizo.
En Alemania los bosques dan discursos.
martes, 4 de octubre de 2011
Claroscuro del bosque

Claroscuro del bosque
Marta Azparren y José Luis Gómez Toré
Ed. Amargord.
Aunque ni mucho menos es únicamente eso, Claroscuro del bosque, como todos los libros fronterizos, sugiere una reflexión tangencial pero no por ello menos intensa sobre el Holocausto. El tema central de Adorno sobre la imposibilidad de la poesía –del símbolo- tras la ruptura de todos los símbolos y el soplar de todas las trompetas, es epigrafiado sutilmente en este libro a partir de la desconocida charla que un sombrío Heidegger mantuvo con el poeta Paul Celan en su cabaña de
Como es sabido, ambos hombres estaban separados por la distancia abismal de sus divergentes relaciones con los crímenes nazis, el alemán con su postura tolerante, por no decir abiertamente favorable al reich, y el rumano como víctima directa e indirecta del Horror. Por eso nos podemos preguntar cómo fue (qué fue) la conversación que mantuvieron, teniendo en cuenta además que ambos eran conocedores y admiradores de sus respectivas obras, ¿cuál fue el asidero al que se aferraron para tocar, o más probablemente obviar, el Tema?, ¿qué clase de semiótica sirvió para franquear el foso de impresiones, prejuicios y recuerdos? La palabra, y en este caso el gesto, la mirada, la presencia, como verdadero camino de redención, sin duda pudieron ser vías para el entendimiento, para la comunicación o incluso para la posibilidad de la amistad, ¿pero fue eso suficiente?
Claroscuro del bosque, nos propone asomarnos a ese enigma y al mismo tiempo a la vía de comprensión del enigma, es decir, a la correspondencia de las señales con las señales, el itinerario boscoso de la sonrisa, el escalofrío o la palabra-cordel que igual sirve para unir como para estrangular. Una colilla en los labios, un gesto o un mohín tanto pueden figurar orgullo, desprecio o piedad pero este mutismo, esta ambigüedad, en el filósofo representan su negativa a dar una explicación (a darse una explicación) y en el poeta la necesidad simultánea e imposible de olvido, cordura y memoria.
Claroscuro del bosque está formado por un poema a dos artes (palabra y dibujo) que surge de ese laberinto, de ese “bosque de símbolos” viejo pero aún necesario, un mapa para guiarnos ante el encuentro del que nada sabemos y que al mismo tiempo podemos imaginar entre astillas de horror y tristeza, sí, pero también de admiración y esperanza. “Cuantas veces se nos rompió la cuerda/ alguien quiso anudarla.”
La afortunada combinación de palabra y dibujo como un todo, viene seguida y complementada por dos textos de los coautores. El primero es un artículo o pequeño ensayo donde José Luis Gómez Toré reflexiona sobre el trasfondo del poema de Celan Todtnauberg (el mismo nombre de la localidad donde aún se encuentra la cabaña), para llegar a la conclusión de que tal vez la solución al enigma generado por la necesidad de recordar y al mismo tiempo de mirar hacia delante, sea el silencio. Pero no el silencio destructor e ignominioso de los esbirros o de los errados a que se refería Primo Leví, sino, como aduce con gran acierto Gómez Toré, al silencio capaz de “no instrumentalizar la dignidad del otro, ni su sufrimiento, ni su memoria”.
Por último en la parte que actúa como coda final, Marta Azparren habla del viaje que ella no pudo hacer a Todtnauberg a pesar de tenerlo al parecer planeado, y ofrece un sutil paralelismo de ese no-viaje con la no-fotografía, que pudo hacerse de Celan y Heidegger juntos. Las palabras finalizan aquí con el croquis, llamado precisamente “de desencuentro”, de un imaginario mapa de ruta de palabras y silencios donde, por cierto, se incluye con cierto humor un espacio improbable en un bosque pero muy importante en toda conversación que se precie (al menos para quien esto escribe): el bar.
Claroscuro del bosque, un libro delicioso y sugerente en una edición muy cuidada, con el aroma al bosque del encuentro de dos hitos culturales cuyas obras resumen como pocas las alturas y los abismos del terrible siglo XX.
viernes, 10 de junio de 2011
Reflexiones a la luz de Sol
NEGATIVO:
1) La manifestación y posterior desarrollo de este movimiento es el principio de lo que va a llegar. Aunque ahora aparentemente se difumine y algunos crean que se disuelve , el punto de giro es irreversible y articulará el desarrollo de las protestas y levantamientos futuros.
2) Las posibilidades de que la economía global no logre escapar a esta recesión y a un credit–crunch generalizado no son desdeñables, pero aunque eso se pudiera evitar, a medio-largo plazo es inevitable un colapso, en la misma medida de que es inevitable que un globo de goma que se hincha sin parar, al final explote. La opción no es cambiar de globo, entre otras cosas porque no hay otro, sino impedir que se infle desenfrenadamente.
3) Muchos integrantes de mi generación (no lo olvidemos generación del “yo”: consignas “porque yo lo valgo”, “encuéntrate a ti mismo” -qué diferente del “conócete a ti mismo” del oráculo de Delfos- “sé tú mismo”, etc, es decir el culto al individualismo extremo, dentro de la postmodernidad más vacua, en todo su esplendor) y por supuesto de las anteriores generaciones, no han comprendido del todo el verdadero alcance de este cambio. Tampoco comprenden o han olvidado que la única manera de escapar del círculo vicioso que nos está llevando a un estado social y económico verdaderamente grave es luchar. Ni estamos acostumbrados, ni lo hemos hecho, ni tenemos ganas. Esta disposición va a cambiar como casi todas las catarsis históricas, de forma violenta, que no quiere decir necesariamente brusca. Y ojalá me equivoque.
4) La política no existe, es decir, sí existe, pero no en este mundo, está completamente secuestrada ideológica y materialmente por la cultura del dinero y el poder de los flujos de capital que han convertido la actividad pública en un simple tráfico de influencias.
5) Incluso las empresas entendidas como “organizaciones o instituciones dedicadas a actividades o persecución de fines económicos” también han perdido su razón de ser, toda vez no están ideadas para su supervivencia sino para ser parasitadas y periclitadas via maximización de beneficios por accionistas y depositantes individuales ajenos completamente a sus negocios.
6) La economía mundial (o sea el capitalismo globalizador actual) está fundamentada y desarrollada sobre ingenges cantidades de deuda, no solamente de los estados y de las empresas (las pequeñas empresas no las grandes corporaciones, claro) sino, lo que es más importante, sobre las espaldas de cientos de millones de ciudadanos que deben billones de euros. Esta situación de carga económica, contribuye con ayuda de prestidigitadores, publicistas y medios corporativos, a alienar a la sociedad y de hecho, a esclavizar iniciativas y conciencias.
8) Es un error fatal e imperdonable pensar que los problemas que se producen a miles de kilómetros de distancia no nos afectan. Han desaparecido los líderes ideológicos y los que hay no tienen el carisma suficiente para trasladar ese mensaje a las masas. Mientras siga así, las posibilidades de un despertar brusco (y violento) siguen desgraciadamente intactas.
POSITIVO:
9) Por primera vez en la historia, la humanidad ha producido un fenómeno tecnológico-social mediante el cual millones de personas pueden estar conectadas entre sí a distancia y al mismo tiempo. Esto genera, sin la aparente intervención de un líder, corrientes de opinión, e incluso de acción, de un modo rapídisimo. Exactamente de esa forma aseguran los investigadores de los procesos cognitivos que el cerebro genera el pensamiento en la mente.
10) Una de las particularidades de las revoluciones en los países árabes, es que están siendo cruentas únicamente por la utilización de la violencia y el terror de los regímenes totalitarios que combate, no por el uso de tácticas de lucha, guerrilla o terrorismo tradicionales en toda revolución. Es decir, pareciera que los ciudadanos de estos países han interiorizado las estrategias de la desobediencia civil de manera pacífica por medio de la información y la comunicación. Y eso, dicho con el debido respeto a los ciudadanos que están literalmente dejándose la vida por la causa, es siempre una buena noticia.
11) Estos levantamientos, revueltas y revoluciones no se están llevando a cabo únicamente por la implantación generalizada de internet y las redes sociales, pero sí que están teniendo éxito gracias a ella.
12) La conducta habitual de aquellos que no están dispuestos a dejar de ganar grotescos beneficios, a que se reparta de manera un poco más equitativa la riqueza, ha sido siempre y es sumamente individualista, pero sin embargo, si detectan amenazas a su status económico y social puede ser también sorprendentemente corporativista.
Ante su organización, sólo cabe ofrecer más organización, ante su porfiado e inagotable afán de poder, nuestro porfiado e inagotable afán de justicia.
lunes, 16 de mayo de 2011
RITUAL (de Ernesto García López) y lo contemporáneo.

A pesar de la inevitable tendencia refractaria de esos sectores acomodados a aceptar lo nuevo (asimilar los cambios equivale psicológicamente a cuestionar las propias certezas, tal vez es por ello, unido al temor a la pérdida de privilegios, que individuos de círculos muy diversos tiendan absurdamente a trivializar e incluso a negar su propia contemporaneidad) no pocos pensadores y escritores actuales, desde Vicente Verdú hasta Jesús Ferrero pasando por Félix de Azúa, por citar casos de intelectuales de cierta edad próximos al escenario literario español, ha caído en la cuenta que el concepto de cultura ha mutado rápidamente.
A riesgo de parecer exagerados y utilizando la comparación reciente de Azúa, diríamos que el sistema está cambiando desde un “paleolítico” fundamentado en un concepto de “negatividad” con que se nos aseguraba que culminaba el desarrollo histórico contemporáneo (el arte como post-arte, la modernidad como post-modernidad, el fin de la historia etc, etc.) y su correlato en la institucionalización y consiguiente desactivación del factor crítico o de protesta, a un “neolítico” (siguiendo con la misma comparación del escritor catalán) basado en la libertad de circulación de contenidos, en la vuelta a labores artesanales (en cuanto a que son realizadas sin intermediarios ni complejos procesos de producción), al acceso universal e ilimitado al conocimiento, a la obliteración del concepto de Autor, tan rocoso desde el romanticismo y al cuestionamiento de los receptáculos preponderantes durante los últimos siglos –por ejemplo el museo o el libro como métodos definitivos de exposición y recopilación cultural- a unos formatos más abiertos, más fragmentarios (aunque no por ello necesariamente menos rigurosos) más basados en la indexación, en la interacción y en los enlaces a grandes cantidades de datos sobre un medio menos físico o más “líquido” parafrasesando a Zygmut Kauman.
En el ensayo escrito en 1910, De lo espiritual en el arte, el pintor Vassili Kandinsky mantenía que el arte en un determinado momento se transforma en un arte vacío que no “genera futuro“
Me parece interesante en particular la expresión “generar futuro” para aplicarla a los derroteros por donde se mueve la literatura (y concretando en lo que nos toca aquí) la poesía actual en España.
Haciendo un resumen de la situación, se podría decir que se ha mantenido en los últimos tiempos la influencia pendular (como ha sido en la tradición occidental reciente) entre las poéticas de corte esencialista que tratan de inquirir en la palabra sin preponderar al “sujeto doliente” por decirlo en terminología prefreudiana, que experimentan con los significantes del lenguaje, que no hacen ascos al sincretismo con otras artes y que surgen (formalmente, al menos) a partir de los poetas franceses de finales del siglo XIX como Mallarmé, sin olvidar la herencia de la mística, especialmente de San Juan.
Y por otra parte encontraríamos las poéticas de la subjetividad, de la mirada personal, o de la no-ficción (como se autodenominan últimamente y con algo de candor ciertos autores de esta corriente) tendentes a lo elegíaco y a lo autobiográfico (o si se quiere a la experiencia, como definió el celebérrimo ensayo de Robert Langbaum) e insertadas para bien y para mal en una tradición tampoco en absoluto novedosa, dado que se remonta por lo menos a Catulo.
Sobra decir que, obviamente, esta descripción a trazo grueso, deja fuera numerosas poéticas mestizas a caballo entre ambas tendencias, o incluso fuera de ellas (como la poesía visual, el monólogo dramático, el kitsch -en cuanto a emulación de estilos pasados o existentes-, el slam etc.) pero que, seguramente podrían sin esfuerzo adscribirse a una y a otra pulsión esencial, si atendemos a su motivación y a sus consecuencias.
Sin embargo, introducida como una cuña dentro de ambas corrientes se halla (y en realidad siempre se ha hallado también desde el romanticismo) una sensibilidad que concierne a todas estas formas de expresión pero que parte de una mirada más enfrentada al mundo en el sentido fenoménico e influida abiertamente por una realidad no más personal que colectiva o colectivizada, en ocasiones -aunque en absoluto siempre- con una tendencia a la expresión (o a la comunicación) más asamblearia y a veces a una búsqueda intersticial de conceptos o de ideas que no renuncien a la potencia de la poiesis como epifanía o alumbramiento (tal y como contemplaba Heiddegger) en perjuicio de su definición como actividad puramente estética.
Esta poética suele llevar implícitas una búsqueda de sentido humano infravalorado o disminuido en tiempos (¿para qué poetas en tiempos de miseria?) en que las relaciones -también las literarias- se mercantilizan y los anhelos se cosifican. El lenguaje tanto como medio de re-definición del mundo como herramienta de ruptura del logos establecido.
Ritual, el último libro del poeta Ernesto García López, es un poemario que pertenece a esta última filiación. Una sensibilidad que expresa necesidad de sentido y que trata de definir al hombre contemporáneo una vez desenmascarados (excepto para las élites citadas anteriormente, los ciegos y los interesados) los excesos de la postmodernidad y su abuso del simulacro que el último capitalismo generó (especialmente desde la primera crisis del petróleo) para desactivar la vertiente crítica de la cultura y en último término ocultar las carencias de un sistema económico y social que se ha revelado insostenible. En definitiva una poética que ataca el cuerpo central del problema: la negatividad de un arte (o post-arte, o post-literatura) que ni resuelve ninguna de las cuestiones actuales ni procura una definición a los retos más inmediatos.
En Ritual, no se aprecian las proclamas tan desarmantemente evidentes como inanes de ciertas poéticas de la “crítica social” o de “la conciencia social” entre otras de sus denominaciones que probablemente con buenas intenciones (o a veces precisamente por culpa de ellas) vienen a delatar una insuficiencia para desarrollar un camino exigente, y al cabo, útil para descentrar, o al menos poner en tela de juicio, los discursos imperantes. No, Ritual, sube a la estela de otros autores y obras ya en curso desde hace años en España (Enrique Falcón, Antonio Méndez Rubio etc.), el símbolo toma el testigo de la alegoría en un ecosistema generativo de sentido. Poesía para ideas y conciencias libres pero también críticas. En definitiva, poesía que tiende (también como tensión) a ese anhelo máximo que solicitaba Kandinsky: “Generar futuro”.
Una compatriota del gran pintor ruso, Marina Tsvetáieva, decía que la contemporaneidad, en el arte, es la influencia de los mejores sobre los mejores, a diferencia de la actualidad que es la influencia de los peores sobre los peores.
Ritual es un libro contemporáneo de un autor contemporáneo, Ernesto García López, con una poesía que sin dejar de estar insertada en el mundo, busca, con exigencia y dignidad conceptual, afrontar nuestra contemporaneidad. Desde el arte y la generación de sentido, nuestro “saber estar”, no precisamente fácil, por cierto, en estos momentos.
miércoles, 27 de abril de 2011
La respuesta bosque.
El bosque oculta los árboles.
¿Se debe demostrar el desapego?
Fuera del cuerpo la sangre se aburre.
Los días se sacrifican como soldados.
El diente es el puñal del beso.
Un amanecer se detuvo a observar la noche.
Juguemos a ser niños.
La soberbia es la generosidad del ególatra.
¿Sabía que iba a morir el primer hombre que murió?
Espejo invisible.
Acueducto cuya argamasa es su contemplación.
Mejor que no olvidar la respuesta, recordar la pregunta.