lunes, 25 de mayo de 2009

La larga marcha

Por fin ha visto la luz en versión íntegra el tan largo como portentoso poema de Enrique Falcón La marcha de los 150.000.000. Lo publica la editorial Eclipsados y es el ejemplo tangible de que se puede hacer poesía concienciada y al mismo tiempo ambiciosa, y no sólo por su calidad ni por su vuelo poético, sino también por su concepto ¿Quién se atreve hoy en día a hacer un poema de 5.000 versos y por si fuera poco salir por la puerta grande del intento? Si bien hay otras modalidades de vanguardia o post-vanguardia o como se lo quiera llamar uniendo todos los prefijos y sujijos posibles, lo de marcarse un cantar épico me parece el colmo de la valentía conceptual. Pero La Marcha..., como saben todos los que han leído o al menos conocen fragmentos en los libros publicados por Falcón en los últimos 15 años, es otra cosa. Sin dejar de ser un gran poema es un gran grito, una andanada de palabras directa al corazon de la conciencia individual y colectiva, con un trabajo de documentación en notas al margen, sencillamente apabullante para tratarse de una obra lírica, sea ésta de la ambición que sea. Pero es que la Marcha es otra cosa. Los 5 cicerones que firman los 5 prólogos del libro (Jorge Riechmann, Antonio Orihuela, Eduardo Milán, Eduardo Moga y Miguel Casado) se ocupan de recordarnos que ésta es una poesía que al margen de sus denominaciones (del vínculo, de la conciencia, nueva épica o como se la quiera llamar.) se ha escrito por y para los demás. Y no precisamente en el sentido comercial, ni siquiera literario, de la expresión, antes bien se trata de una poesía que trata de redefinir la posición de los hombres para con sus cohabitantes. Se podrá pensar que es una misión muy ambiciosa la que se propone Falcón. Siempre habra desgraciadamente quien ponga minas, peros, zancadillas a lo que intuye verdaderamente grande (y me refiero a la verdadera grandeza no a sus inacabables simulacros) pero alguien tenía que hacerlo. Me da la sensación que Quique, con su dotadísima pericia poética, su visión, su piedad y su capacidad de entrega, ha conseguido algo muy aproximado a lo que se proponía, que era mucho y a lo que esperábamos, que no era menos. Como todas las obras importantes, este libro necesitará un período de digestión largo. Ni que decir tiene que aparte de blogs y páginas concretas, apenas ningún medio, ni literario ni no literario, le ha prestado por el momento demasiada atención, pero eso no es prueba más que del desconcierto que la prensa y la crítica clásica y cada vez más perdida y menos representativa va teniendo ante aquello que no comprende y lo que es peor, que no quiere comprender.
Este libro, repito, va a ser una obra que abrirá caminos (no necesariamente inmediatos, no necesariamente esenciales en un primer momento) frente a los apóstoles de la relativización de los acontecimientos sociales, ante los que dan por muerto el Gran relato, como si ahora no nos enfrentáramos a desafíos titánicos que ponen en solfa, más aún que en la época de Gilgamesh, la condición humana. Es cansino repetirlo pero ¿qué es la globalización sino un gran relato? ¿qué es el cambio climático, la destrucción de los ecosistemas, la desaparición de millones de especies en lo que ya se conoce como 6ª extinción masiva? ¿qué es la migración lenta pero sistemática de cientos de millones de seres humanos? ¿la degeneración (si cabe aún más profunda) del capitalismo? En fin, creo que obviar estos grandes acontecimientos como modelos temáticos para una reformulación de los puntos de referencia estéticos, no es únicamente una equivocación. Pero me temo que la miopía crónica que tenemos en este país dará para desentrañar ombligos y poco más. Ya se verá. Por el momento de este libro, que merece (que pide a gritos) un monográfico en alguna revista (ojalá en Pata de gallo podamos recoger el guante) simplemente decir para terminar que va a dejar huella, que la ha dejado ya a lo largo de su dilatada trayectoria de construcción, en muchos jóvenes poetas e indirectamente (ojalá) en muchos lectores que puedan considerar que aún y que ahora hay mucho que decir y que hacer desde un punto de vista estético respecto a lo que acontece en este planeta-hogar en el que por el momento vivimos.
Suerte Quique porque la suerte de tu obra va a ser símbolo y reflejo en gran medida de las andanzas del ser humano ante lo que nos espera.

6 comentarios:

rubén m. dijo...

Tengo unas ganas enormes de hincarle el diente, con la paciencia y la tranquilidad que se merece una propuesta tan desafiante como la que plantea este libro. Para mí es un acontecimiento muy esperado, y para muchos lectores de poesía. Importa un carajo que no salga en Babelia o lo publique Pre-Textos, ellos se lo pierden.

Miguel Angel Gara dijo...

Es que además Rubén cada vez tengo más claro que muchos de estos medios (no sé si será exactamente el caso de Pre-Textos, pero se puede sustituir por otras editoriales que todos conocemos) ni se enteran ni se quieren enterar de la fiesta. La cuestión es quedar bien con los compadres, llevarse la tela de los premios y poco más.
El libro de Falcón es espléndido pero lo más importante, aún por encima de su calidad, es lo que propone.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Sí que es un gran libro, una propuesta muy sugerente e interesante salida de las manos de un poeta inteligente y aplicado (conciencia aplicada). Es uno de esos libros que nacieron para cada cierto tiempo aumentar de tamaño, añadir cada vez un "capítulo" más, una sugenrencia y un matiz nuevos, porque nueva sigue manteniéndose esa la marcha de los 150.000.000, renovándose cada día... Lo que no sé -que sospecho que sí- es que el número va en aumento: ¿por qué entonces el libro no?
Bien por Falcón, bien por el comentario de Migue.

Saludos
AJP

Miguel Angel Gara dijo...

Tengo la sensación Antonio que Falcón seguirá de algún modo con la Marcha. Aunque sea en otros poemas y se llame de otra manera. Hay libros que marcan a un autor para mal o para bien.
Un abrazo

rubén m. dijo...

Confieso que me sentí algo triste cuando supe que ya había dado por terminado el libro. pensé que iba a ser un eterno "work in progress". Pero eso debe de ser demasiado agotador, toda la vida con el libro a cuestas como una cruz...

Miguel Angel Gara dijo...

Aunque parece que ese es el plan Rubén, yo no estoy tan seguro que Falcón no siga con el libro. Salvando las distancias algo parecido hizo Whitman con las sucesivas ediciones de hojas de hierba.