martes, 12 de mayo de 2009

Que son gigantes

Me resulta inevitable hablar en este blog de Antonio Vega. El tópico es decir que vivirá para siempre en los que amamos sus canciones o algo similar. Cosas que se escriben con menos solemnidad que pereza creativa cuando alguien así se va. Sin embargo no es fácil que Antonio Vega viva para siempre. Más bien todo lo contrario. Antonio Vega siempre se estaba muriendo y no sólo por su pertinaz adicción a la heroína que transformó su veloz rostro de adolescente en una suerte de máscara de vejez y congoja, como un Leopoldo María Panero desalentado. Se estaba muriendo porque ese era el descubrimiento que había hecho de niño o de joven o cuando quiera que empezara a sentir dentro de sí sus canciones. Veía venir la belleza y la veía marcharse y sabía que eso mata pero también que hace vivir intensamente. Creo que la lucidez tiende a la tristeza no por que no sea capaz de reconocer la alegría o la belleza, sino al contrario, porque es menos ignorante de su destrucción, que es nuestra destrucción. Y ese es el problema.

Antonio Vega era de los pocos músicos populares españoles (para mí el único, con permiso de algunas canciones de Serrat y de Sabina, aunque creo que éste último es otra cosa más quevediana para bien y para mal) cuyas letras penetraban en el terreno de la poesía con mayúsculas. Y no me refiero a que sean poemas musicados sino que sin dejar de ser "Letra de canción" (género que por otra parte ha dado grandes obras) es también poesía escrita. Creo que no hace falta recordar títulos.

Una tentación en la que no voy a caer es poner aquí el enlace de algún vídeo porque cualquiera puede entrar en el Youtube y encontrar la canción que más le guste. Personalmente Lucha de gigantes siempre me pareció una maravilla. Recuerdo la primera vez que la escuché con 16 años en un concierto de Nacha Pop que dieron por la tele, ese sentimiento de soledad, al fin compartido, la sensación física difícil de describir (¿un horizonte en cada poro?) Grabé en un casete lo que pude de la canción y los siguientes días (supongo que no tendría un duro para comprarme el disco) me dediqué a escuchar obsesivamente el fragmento mientras intentaba explicarme los sentimientos de intensa y agorafóbica belleza que me dejaba en la piel. "En un mundo descomunal, siento mi fragilidad"

En fin, Antonio, como ha dicho tu amigo Alvaro Urquijo, nos quedan tus canciones (tu voz) que no es poco, tu ejemplo de tiernos abismos. Y quién sabe, quizás hayas conseguido al fin eso "Donde se creó la primera luz/germinó la semilla del cielo azul/volveré a ese lugar donde nací"

2 comentarios:

rubén m. dijo...

Una verdadera lástima, un gran compositor pop y excelente letrista. Y que vergüenza los buitres de las discográficas, que ya tenían preparado el recopilatorio para el momento de su muerte. Lee esto y dime si no es repugnante:

http://www.diariodenavarra.es/20090512/culturaysociedad/emi-publicara-grandes-exitos-antonio-vega-tres-dias-muerte.html?not=2009051219491873&dia=20090512&seccion=culturaysociedad&seccion2=musica

un abrazo

Miguel Angel Gara dijo...

Pues sí Rubén, lamentable, pero en realidad nada sorprendente en este valle de mercachifles. Por cierto ¿será casualidad lo de que en las fotos promocionales aparezca con el primo Nacho? Espero que sí.
Un abrazo y gracias por tu visita.