lunes, 14 de enero de 2008

Otro poeta caído



La Calaca seca afila su guadaña y cae el enésimo artista-escritor-referencia de los últimos pocos meses. Angel González, un poeta visible aunque no demasiado pródigo, en apariencia amigo de sus amigos, con la mirada de los que ven más allá, con y sin la lente cilíndrica del vaso de whisky, y viven para contarlo y cantarlo.

Como vate, si bien ahora todos son lamentos, antes se escuchaban pitos y aplausos, supongo que como casi todo el mundo desde Shakespeare. Personalmente me parecía un hombre y un poeta honesto, con un limitado sentido del lenguaje que él no se molestaba en disimular lo más mínimo y algunos poemas interesantes precisamente por verdaderos, por airosos. En otros aspectos, como muchos de sus amigos y rondones, tenía una alergia a la irracionalidad lingüística que puede venir de la guerra, de la generación o de sus gustos, nunca lo sabremos a ciencia cierta. Siempre me gustó su poema "Ya nada ahora"


Largo es el arte; la vida en cambio corta

como un cuchillo

Pero nada ya ahora
—ni siquiera la muerte, por su parte

inmensa—
podrá evitarlo:

exento, libre,
como la niebla que al romper el día

los hondos valles del invierno exhalan,

creciente en un espacio sin fronteras,

este amor ya sin mí te amará siempre.



En fin, que su poesía (ya sin él) nos siga acompañando.

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