Acaba de llegar a mis manos la antología "La casa del poeta" coeditada por Román Piña y su revista "La bolsa de pipas" y por el poeta Antonio Manilla. Como dice el prólogo: "Veremos en estos poemas las casas muy al fondo, a veces, simple decorado, casi oculto. Otros poetas las han hecho el centro y la inspiración misma de sus versos, para alguno incluso la casa es la negación de la vida y de la escritura."
Los autores son abundantísimos y de todo pelaje, desde gente muy consagrada (o muy conocida en este minúsculo mundillo) a desconocidos por completo, al menos para mí, y otros muchos (la mayoría) que seguimos en la poesía con algunos libros publicados y algunos otros por publicar, a veces viendo las musas desde la cocina, a veces desde el portal y a veces huyendo del salón en busca de otros ámbitos más públicos o privados. Una antología de momentos álgidos, excelentemente editada en esta colección que se llamará "La noche polar" y además, poesía, que cada vez me da más la sensación de que es de las pocas cosas (por ejemplo el agua) que no sobran en estos tiempos.
Como muestra el botón (entre otras cosas por su brevedad) que cose uno de los antologados, el escritor Javier Reverte.
¿Mi casa?
ese lugar exacto que me invita a marcharme.
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