lunes, 20 de octubre de 2008

Loriga

Alfaguara se ha hecho (supongo que a cambio de una interesante tela) con los derechos de las primeras novelas de Ray Loriga, es decir Lo peor de todo, Héroes, Caídos del cielo y Tokio ya no nos quiere. Con diferencia esta última me parece la mejor de las cuatro aunque siga sin prescindir del todo de las (para mí) taras comunes en todas ellas. A saber: su deuda narrativa con JD Salinger y sobre todo la propensión a las frases lapidarias. A veces las metáforas son excelentes, conseguidas, directas como puñetazos de luz, versos sueltos, pero a veces se pasan de rosca y se pierden entre ese bosque incesante que es la búsqueda de irónica brillantez. Sin embargo en Tokio.., Loriga consigue crear una atmósfera tan peculiar como desnuda dentro de un mundo inmediatamente posterior al nuestro (un paso, sólo un paso más allá que el nuestro), pone en juego los sentimientos sin caer en sentimentalismo, pero sobre todo crea un alter ego muy interesante; el ignominado camello adicto al Olvido. El hombre que corre para olvidar pero que recuerda que olvida, y esa idea a mi modesto entender aproxima esta fábula a la poesía (arrima el ascua a la sardina o ¿es al revés?) más que las frases rotundas y las anáforas que puntean la narración como peces reflejados en un espejo. Loriga es un guionista mediocre pero lo que en guión puede ser oropel en literatura puede ser excelencia. Es un cuento éste sobre la persistencia de los sueños en la realidad que fue muy actual en su momento (la primera publicación es de 1999), y quién lo diría, no chirría en nuestra época pre-post-capitalismo. Incluso tal vez cumple algunos de sus augurios a juzgar por el éxito de los que después han desarrollado ideas parecidas con nombre de cremas de cacao y otras especies. Nada malo pero Loriga dio primero.
Conociendo al personaje, supongo que ya se habrá recuperado anímicamente de un historia de amor fou con una modelo que creo le dejó bastante tocado, aunque si con este lance (afortunado o no) saca algunas de las páginas que sabe hacer cuando abandona cierta exquisita sorna (a la que tanto debe, por lo demás) y se adentra en territorio de dejarse la piel o la piel del cerebro, eso que ganaríamos. Y ánimo Ray, tu ex no lo sé pero tus hijos te van a seguir queriendo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Gara, qué tal??? me alegra verte por estos lares!!!

me gusta loriga, y eso que he leido poco, pero tb me gusta él. En verdad me gusta la gente, en el arte, que tiene pinta de artista, jajaja
esto escrito y leido parece y es una gilipollez, pero en fin, es así.

pero vaya, me gusta mucho como escribe.

por cierto, no era él el que ha dejado por una modelo a su rubia de siempre??
en cada sitio una versión : S

Enhorabuena!!!!!! por Selma, bienvenida, se ve preciosa y plácidamente feliz

muchos besos!!!

Miguel Angel Gara dijo...

Besos pa ti señora Antón.
Bienvenida al blog. A mí también me gusta bastante Loriga, ha sido y es aire fresco en la literatura española, aunque a veces se pase (o al menos se pasaba) de autocomplaciente. Por cierto ya no sigues con tu revista electrónica. Era tan breve como interesante ¿qué pasó?

beatus_ille dijo...

Pues sí, claro que seguimos, además estamos en buena racha, cada vez más visitas. Ya meteré tu correo en el del mailing de la web.


Más besos!!


Panfleto Cultural
http://www.calidoscopio.net

Miguel Angel Gara dijo...

Vale Sonia, encantado. Por cierto, no metas mi correo de gmail porque no lo leo nunca, mejor pon este: miguegara@hotmail.com que es el que más utilizo.
Besos