Estéril
Visitamos las tumbas en la profundidad del bosque,
en el verde violento de los ojos murió la primavera.
La narratividad de las centellas,
su brusca balada de segundos.
La muchedumbre de reyes cantaba más allá de los muros,
su locura poseyendo los sueños.
Polvo para los días de alegría,
en la nieve los ojos brillan de ceguera.
Vimos la pesadilla en las ramas del árbol
donde la araña aprende a amar con lentitud.
Los bosques extendidos tras la ciudad,
su silencio desterrando la música.
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