viernes, 11 de septiembre de 2009

La ruina que resiste

Poema-reflexión de Derek Walcott en su libro El verano. Ed. Huerga y Fierro. Traducción de Vicente Araguas.

Hoy respeto la estructura, la antítesis del concepto.
¡La mierda sobretrabajada de mis pinturas, mis malos argumentos! Pero
siempre,
cuando el aire está vacío, oigo hablar a los actores,
la resonancia de lo que es, al tiempo, vulgar y sabio.
Los espectros se multiplican con la edad, personajes impacientes
cruzan la cabeza poblada, los oídos se cierran con grapas;
tras ellos oigo a los actores musitar y gritar
el escenario iluminado está vacío, el decorado, listo,
y no puedo encontrar la llave para que salgan.
¡Por Dios, mi arte, y cuánto tiempo necesita!
A veces se ve un relámpago, una exaltación repentina
de tormenta que asegura la tierra en su lugar; la piel del asfalto
huele fresca, a infancia, bajo la lluvia secante.
Entonces creo que aún es posible, la felicidad
de lo auténtico, y el poeta joven que se alza en el espejo
sonríe a una inclinación de cabeza. Parece bello desde esta distancia.
Y yo confío en ser lo que vi. Una ruina que resiste.

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