domingo, 25 de octubre de 2009

Alguien se tenía que quedar con los muertos

Cuando te das una vuelta por las necrológicas de los periódicos a veces te encuentras, generalmente bien resumida, la vida de personajes fascinantes de los que has oído hablar poco o nada. Hay decenas de ejemplos, ayer, la historia de otro de ellos, Marek Edelman (1919-2009). Superviviente del gueto judío de Varsovia tras haber actuado en la resistencia como uno de los líderes del Levantamiento. Escapó como pudo de la matanza final. Cabe recordar que de cerca de medio millón de personas que los subhumanos nazis apilaron en un espacio equivalente al 2,5 por ciento de la antigua Varsovia, quedaron vivas menos de cincuenta mil, que también se acabaron llevando a Treblinka y Poniatowa tras el levantamiento. Vivió, si es que se puede decir vivir a arrastrarse por las alcantarillas de la ciudad durante más de un año, hasta conseguir unirse al Alzamiento de Varsovia que también fracasó y donde de nuevo, sobrevivió. Se hizo médico eminente tras la guerra. Hasta aquí nada que un titán no pueda hacer. Pero lo que me impresionó fue una frase que le acabó sonsacando un periodista al preguntarle la razón por la que no había abandonado Polonia tras la implantación y desarrollo del régimen comunista (también fue muy crítico con el comunismo, jugándose puesto, libertad y probablemente vida, en numerosas ocasiones), cuando toda su familia, su mujer y sus hijos, se habían marchado a Francia. Nunca había explicado las razones de su contumaz permanencia en Polonia, y aquí dicen que dijo Edelman "Alguien se tenía que quedar con todos los muertos". Con la vida de este hombre se podrían escribir millones de palabras en libros, memorias, reportajes, historiografías, lo que sea, pero ante el instante de una frase como esa, yo, sencillamente me quedo mudo.

2 comentarios:

José Ramón Huidobro dijo...

Bien, Gara. Merece la pena escarbar en las necrológicas. Algún día tú y yo las ocuparemos y alguien nos sacará la esencia que nunca supimos mostrar.

Miguel Angel Gara dijo...

Cuanto más tarde mejor amigo, cuanto más tarde mejor.
Un abrazo