Va un poema de Oscar Hahn.
EN UNA ESTACIÓN DE METRO
Desventurados los que divisaron
a una muchacha en el Metro
y se enamoraron de golpe
y la siguieron enloquecidos
y la perdieron para siempre entre la multitud.
Porque ellos serán condenados
a vagar sin rumbo por las estaciones
y a llorar con las canciones de amor
que los músicos ambulantes entonan en los túneles.
Y quizás el amor no es más que eso:
una mujer o un hombre que desciende de un carro
en cualquier estación del Metro
y resplandece unos segundos
y se pierde en la noche sin nombre.
6 comentarios:
Este poema es mi vida diaria. Yo también tengo muchos de mujeres perdidas en este medio de transporte.
Buen poema... curiosa forma del erotismo contemporáneo, que viene probablemente de Baudelaire y su fascinación de flaneur por una muchacha que pasa entre la multitud agitada de la ciudad... un motivo que recupera Margarit en alguno de sus poemas...
Hahn es un poeta curiosísimo. Es capaz de coger temas como este, muy frecuentado en literatura desde los griegos, e imprimirles un barniz diferente que sin renunciar a la potencia del mito a veces parece hasta ligeramente burlón. Lo de Flaneur, José Luis, también es uno de mis vicios favoritos (sospecho que como vosotros). O al menos lo era antes de tener las tardes tan milimetradas por los pequeñajos.
Un abrazo.
Hermoso poema, sí señor! Gracias por tu generosidad y compartirlo, pues no lo conocía
AJP
Gran poema, me gusta mucho Oscar Hahn y esa crudeza sutil que consigue en poemas como éste.
un abrazo
Sí, Rubén, a mí también me parece ver en el poema una ligerísima sorna que sin desactivar el discurso inicial lo dota de más puertas que las evidentes.
Un abrazo
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