martes, 23 de febrero de 2010

40 millones de toneladas

Lo que demuestra que la red no es tan etérea como parece. Y eso sin contar los cientos de miles de kilómetros de cables submarinos, los millones de kilómetros de fibras ópticas y coaxiales, las branching units, repetidores, equipos terminales de línea, multiplexores, traspondedores, cables parafinados, servidores, tarjetas decodificadoras, centrales de conmutación, ADSLs, interfaces, cross-conects, regeneradores, cámaras de registro, routers, estaciones base, anillos, antenas, hosts, y un largo etcétera de cachivaches que sin duda incrementarán un poco el peso de la basurilla. La pregunta que me hago es ¿dónde la meten? porque en internet no cabe. ¿O sí?

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