miércoles, 26 de septiembre de 2007

El lugar sin límites

Así se titula una excelente novela de José Donoso, pero de eso no iba este post, o al menos no del todo, sino de comentar, como buen coleccionista de naderías que soy, algo que me ha llamado la atención sobre el monte Olimpo. Pero no, no el que se encuentra en los Balcanes griegos sino el de Marte; el volcán más alto del sistema solar, al parecer. La cuestión es que una pedazo de montaña de 27 km de alta produce el siguiente efecto, según la wikipedia, en el espectador: "Sus dimensiones son tales que una persona que estuviese en la superficie marciana no sería capaz de ver la silueta del volcán, ni siquiera desde una distancia a la cual la curvatura del planeta empezara a ocultarla. El efecto por tanto sería el de estar contemplando una "pared", o bien confundir la misma con la línea del horizonte" Ahí es nada. Tan poca cosa que parece el bueno del Olimpus en la fotografía de la NASA. Y luego dicen que los escritores le echamos mucha imaginación. Cada día tengo más claro que los verdaderos realistas son ficticios.

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